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Salud Mental Infantil de La Fe destaca la variabilidad con que la infancia vive la pandemia y la desescalada
Salud Mental Infantil de La Fe destaca la variabilidad con que la infancia vive la pandemia y la desescalada
• Destacan la imaginación como rasgo protector y entienden que la vivencia no será necesariamente traumática para nuestra infancia
• Los especialistas temen que la actual falta de estructura en la vida cotidiana de los/las menores pueda desembocar en confusión o desmotivación
València (19.06.20).- La pandemia por COVID 19 y la desescalada están afectando de forma muy diversa a los/as menores, según aprecian desde la Unidad de Salud Mental Infantil del Servicio de Psiquiatría y Psicología Clínica del Departament de Salut València-La Fe.
Durante el confinamiento estricto, los especialistas destacan la “respuesta excepcional” por parte de los menores y sus familias. Un porcentaje nada despreciable de los usuarios de salud mental infantil, comentan, “incluso mejoraron durante este periodo”.
“Probablemente, estas respuestas positivas hayan estado condicionadas con el reeencuentro con los padres previamente ausentes por trabajo, la disminución de la presión por las tareas escolares y extraescolares, más tiempo para jugar... Desgraciadamente, no ha sido así para los niños con situaciones sociales más desfavorables”, explica Inmaculada Marcos, coordinadora de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil Miguel Servet .
En estos buenos resultados, para Miguel Ángel Vázquez, coordinador de Psicología Clínica en La Fe, “han tenido un papel protagonista la edad, la fantasía y la imaginación propias de los/as menores, rasgos protectores que les permiten asumir con mayor naturalidad situaciones extraordinarias”.
En cambio, en la etapa actual de desconfinamiento, los/las especialistas observan que “algunos menores no entienden que puedan salir al parque pero no puedan acercarse a otros niños, ni intercambiar objetos o subir a los columpios”, en palabras de Marcos.
Limitaciones de esta índole pueden derivar en que algunos/as menores prefieran volver a casa y no salir: “En edades superiores, los niños/as entienden mejor las normas de la desescalada y aprecian los paseos y sus posibilidades, pero encontramos que hay algunos/as que manifiestan ansiedad, miedo al contagio o a salir a la calle y/o insomnio entre otros”.
El desencanto es similar al que experimentan las personas adultas: “Actualmente, estamos observando en la población general los efectos del desgaste por el tiempo transcurrido y la frustración de las expectativas de normalización”, comentan.
En este sentido, los/las profesionales de la Unidad de Salud Mental Infantil del Servicio de Psiquiatría y Psicología Clínica del Departament de Salut València-La Fe apuntan que la desescalada se ha centrado sobre todo en la vuelta a la normalidad progresiva de la vida de los adultos (laboral, social, deportes...) y, en cambio, no se ha puesto tanto hincapié en las áreas relacionadas con los menores.
Para despejar incógnitas, según adelanta Nuria Yañez, psiquiatra, el equipo prevé colaborar con el grupo de investigación de Perinatología del Instituto de Investigación Sanitaria Hospital La Fe en un estudio para valorar el impacto de la pandemia en menores con trastornos del neurodesarrollo liderado por el también psiquiatra Pablo Navalón.
Con todo, advierten, no toda experiencia inédita, restrictiva o dolorosa como la que vivimos se convierte necesariamente en traumática, se tienen que dar ciertas condiciones: “El trauma va unido a la experiencia de amenaza, impotencia y angustia. Se produce cuando un acontecimiento desborda todos los recursos de la persona para integrarlo y gestionarlo”, aclara Ángel Carrasco, psicólogo especialista en la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil de Catarroja.
Por este motivo, los especialistas puntualizan que habría que valorar la situación previa de cada niño o niña y su vulnerabilidad, y auguran que “algunos/as niños/as saldrán fortalecidos de la experiencia y otros/as necesitarán ayuda”. “Un malestar por una situación estresante –prosigue Carrasco- no es lo mismo que un trastorno mental. Una intervención psicológica/psiquiátrica será pertinente si los síntomas son graves, perduran en el tiempo o impactan en la vida del niño/a de un modo notable”.
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