La Incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE) es una pérdida involuntaria de orina asociada a un esfuerzo físico que provoca un aumento de la presión abdominal como toser, reír, correr o andar. La IUE es frecuente en mujeres de edad avanzada y es además la forma más común de IU en las mujeres menores de 75 años. Aproximadamente un 50% de las mujeres de esta edad pueden presentar IUE asociado sobre todo a la obesidad y a los partos múltiples.
El primer escalón de tratamiento es la rehabilitación del suelo pélvico (RHSP). La rehabilitación consiste en enseñar a la paciente una serie de ejercicios para fortalecer la musculatura pélvica. Una vez que la paciente ha aprendido a realizar los ejercicios, debe continuar realizándolos para que sea efectiva.
En caso de ser necesaria la corrección quirúrgica de la incontinencia esta se realiza habitualmente por vía vaginal con interposición de una malla como soporte para la uretra.
Las pruebas diagnósticas que se realizan habitualmente son:
La estenosis de uretra es una estrechez de algún tramo del conducto que va desde la vejiga hasta el exterior. Afecta tanto a hombre como a mujeres, aunque en éstas últimas son menos frecuentes. Su presentación clínica consiste en una debilidad del flujo urinario con sensación de vaciado incompleto que puede llegar a complicarse con cuadros de infección urinaria. El tratamiento recomendado dependerá principalmente de la longitud y la extensión de la estenosis.
Para la detección y diagnóstico se realizan las siguientes pruebas:
La fimosis es un término que se refiere a la incapacidad para retraer el prepucio hasta visualizar el glande por las adherencias entre el prepucio y el glande, es un proceso transitorio. Los tipos generales de fimosis
Tratamiento médico
Está indicado en fimosis primarias sobre la zona estrecha de prepucio se coloca una capa fina de Betametasona al 0,5% tópica durante 1 mes dos veces al día, mañana y noche. Para favorecer la absorción del corticoide se debe cubrir el pene con una gasa húmeda después de su aplicación, evitando con ello que la ropa interior la absorba. No son necesarias las retracciones, ya que nos pueden llevar a la aparición de balanitis (inflamación del prepucio) o parafimosis (imposibilidad del que el prepucio retraído detrás del glande pueda volver a la posición normal)
En el tratamiento quirúrgico se aconseja en los siguientes casos:
En las fimosis sin dificultad miccional ni otras complicaciones la realización de la intervención quirúrgica se puede realizar durante la pubertad.
Hidrocele es la acumulación de líquido en la túnica (capa) que recubre el testículo lo conlleva a un aumento de tamaño del escroto. Se clasifica en:
Criptorquidia significa testículo escondido, “oculto” e implica la ausencia de teste en la exploración clínica. De acuerdo con su localización durante la exploración clínica existen dos tipos de criptorquidias:
Hay otras situaciones que los testículos ocasionalmente se encuentran en escroto y otras veces ascienden y desaparecen (retráctiles y en ascensor)
Diagnóstico
Se hace mediante la exploración clínica. En ocasiones se pide una ecografía para una mejor valoración en aquellos testículos que no se encuentran durante la exploración clínica.
Las complicaciones mas comunes que pueden surgir de esta patología se encuentran:
Los tratamientos que pueden darse son:
El cáncer de próstata es el más frecuente en hombres y la segunda causa de muerte por cáncer en hombres occidentales. Los pacientes con cáncer de próstata localizado con una valoración de riesgo bajo e intermedio, tienen una esperanza de vida superior a 10 años. Las guías clínicas actuales recomiendan ofrecer la cirugía mediante prostatectomía radical como tratamiento con intención curativa. Este tratamiento inicial también puede ofrecerse a pacientes con cánceres localmente avanzados como parte de un tratamiento.
A diferencia de las intervenciones por hiperplasia benigna de próstata, en la cirugía por cáncer de próstata se extirpa por completo la próstata y el tejido que la rodea, junto con las vesículas seminales. Esto implica que posteriormente debe restablecerse la continuidad del tracto urinario suturando el cuello de la vejiga a la uretra. Todo el procedimiento es llevado a cabo generalmente con técnica laparoscópica, introduciendo el instrumental quirúrgico y óptico por cinco pequeñas incisiones en el abdomen.
Aunque el objetivo final es conseguir la curación al mismo tiempo que se conserva la potencia sexual y la continencia urinaria, éstas pueden verse afectadas en mayor o menor medida, de forma temporal o permanente, dependiendo de varios factores entre los que se encuentran las características del tumor.
Ambas pueden requerir tratamientos adicionales.
El cáncer de vejiga es el cuarto cáncer más comúnmente diagnosticado en los hombres, afectando a uno de cada 25 hombres que desarrollaran la enfermedad a lo largo de su vida. Los hombres son tres veces más propensos que las mujeres a desarrollar la enfermedad. Existen diferentes pruebas que puede ser utilizadas para diagnosticar un cáncer de vejiga no-invasivo y realizar el seguimiento del mismo una vez tratado:
La nefrectomía laparoscópica es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva que se realiza para extraer un riñón patológico atrofiado, afectado por cáncer, etc... A diferencia de la técnica quirúrgica convencional abierta, no se realiza una gran incisión (15-20 cm) para extraer el riñón, sino tres o cuatro incisiones pequeñas de 1 cm, ampliando posteriormente una de ellas hasta 5-10 cm para sacarlo.
La principal ventaja respecto a la cirugía abierta convencional es que es mucho menos dolorosa, permitiendo al paciente una recuperación más rápida y un periodo de hospitalización más breve de dos a cuatro días. La tasa de éxitos de curación de la enfermedad renal es igual y el sangrado durante la intervención suele ser menor.
La duración de la intervención suele ser de dos a cuatro horas y normalmente, el paciente puede incorporarse a la actividad diaria habitual en dos a cuatro semanas.